* Texto extraído de Fifa.com
Para aquellos no familiarizados con el futsal, la noticia del retiro del español Kike Boned probablemente haya pasado desapercibida. Sin embargo, sus estadísticas, por más que a él no le importen, serían la envidia de cualquier estrella que se precie: en 19 temporadas como profesional, jugó 180 partidos con su selección y alcanzó la final de las cuatro Copas Mundiales de Futsal de la FIFA que disputó. En dos, fue campeón del mundo. Además salió cinco veces campeón de Europa. Esto sin contar todos sus éxitos a nivel de clubes.
El Eterno Capitán, jugador con mayor cantidad de presencias en la Roja, ya le había dicho adiós a la selección tras perder con Brasil la final de Tailandia 2012. Pero ahora, con 36 años, se ha despedido definitivamente de la actividad, marchándose como uno de los mejores de todos los tiempos. Y no sólo por lo hecho en su condición de cierre o defensor, por decirlo en un término más futbolístico, sino por lo que aportó para el desarrollo de esta especialidad.
Y todo con sincera humildad. Puesto a elegir entre las palabras "leyenda" o "legado" para describir su carrera, Kike no duda. "Agradezco las dos, pero me gusta más 'legado'", dice muy cordialmente a FIFA.com. "Significa que uno dejó algo en el camino, que uno mira más al todo que a uno mismo. Respeto tanto nuestro deporte que siempre pensé en lo que era bueno para el fútbol sala por encima de lo que era bueno para mí", sentencia.
Un ejemplo es la historia detrás de "Kike Boned: el ídolo inteligente", el libro editado a principios de 2014 sobre sus 13 años en el Pozo de Murcia, su tercera y última casa. "Cuando me propusieron el proyecto, mi primera respuesta fue 'no', por el respeto que tenía a ser tema de un libro y a 'desnudarme' cuando siempre he intentado ser discreto. Pero un compañero me hizo notar: 'Todos los deportes tienen un libro, menos el fútbol sala'. Entonces, por lo que podía significar, lo entendí como otra puerta de entrada al deporte y dije sí, incluso al título. Pero nunca me he sentido un ídolo inteligente, siempre viví con normalidad mi carrera. Así me gustaría que se la recordara".
Reconocimientos y comparaciones
Entre los varios homenajes, Kike acaba de ser nombrado Embajador de la Liga Nacional de Fútbol Sala de España. El valenciano recibió la distinción de manos de Javier Lozano, el técnico que lo hizo debutar en la selección en 1998 y con quien ganó los Mundiales de Guatemala 2000 y Chinese Taipei 2004. Así, colaborará en el desarrollo de nuevos proyectos y su imagen servirá para difundir y potenciar la actividad. “Es un puesto de mucho recorrido y ejemplo. Él nos puede enseñar a seguir creciendo a partir de sus valores aplicados a este deporte", lo elogió Lozano, ahora presidente de la LNFS.
Kike también recibió de la FIFA una mini réplica del trofeo del Mundial de Tailandia, en honor a su trayectoria. Su carrera, además, es el hilo conductor de un documental sobre fútbol sala, producción de la que participa su hermana y que busca financiación para ver la luz. No obstante, fuera de esa comunidad la repercusión de su retiro ha sido menor.
Lúcidamente, él desdramatiza el asunto. "Hace tiempo superamos dentro del fútbol sala ese complejo de inferioridad, esa necesidad de reivindicación continua. La clave es analizar lo que mi retiro significa para el fútbol sala, no para el mundo del deporte, que es muy amplio y hasta injusto en algunos aspectos. En ese sentido, mi carrera ha tenido un reconocimiento muy justo", explica Kike, quien ve a los récords como "mochilas que están para ser trituradas".
A propuesta de FIFA.com, contextualiza su retiro con la despedida de dos mega estrellas de la selección española como Xavi y Xabi Alonso. "Merecían un retiro con un Mundial mejor, pero también es cierto que entre todos debemos intentar que la memoria en el deporte tenga un papel importante, mirar más allá del resultado. Son mucho más que eso y merecen todo el reconocimiento", demanda.
Nuevas prioridades
En cuanto al futuro en la actividad, ¿trasladará su experiencia al banquillo? "Entrenar no me atrae por ahora. Fueron 20 años y necesitaba tomar cierta distancia del parqué, buscar otras circunstancias de mi vida. La familia ha pasado a ser la prioridad", aclara Kike, quien reparte sus día a día entre sus tres hijos y la dirección de unas instalaciones deportivas en Murcia.
Pero Kike, aquel capaz de escribir un blog durante Tailandia 2012 para dejar un registro del Mundial, o de postear sólo cosas emocionalmente significativas de su carrera en su cuenta de Facebook, sabe que fútbol sala siempre será su vida. "Lo de ser embajador fue formalizar un rol que, humildemente, uno ya intentaba ejercer. ¡Es raro hacerlo de traje y corbata en lugar de en cortos y sudado! Pero nunca dejaré de apoyar este deporte, aún si alguna vez sólo debo hacerlo desde las gradas".
El equipo de SOLOPORTEROS SALA tuvimos el privilegio de poder entrevistarle durante la disputa de la pasada Copa de España 'Logroño 2014'
