Primeros de agosto, algunas pretemporadas ya empezadas, otras a punto de empezar, los equipos con sus presupuestos más o menos conocidos.
El problema, más profundo que un pozo sin fondo, es que los presupuestos económicos, aunque conocidos no están cerrados en muchos, muchísimos, casos.
La mayoría de los clubes, andan buscando desesperadamente el sponsor que les de la tranquilidad y peinan los polígonos de la zona, los negocios de familiares, amigos, etc., en busca del maldito dinero que les de tranquilidad para el resto de la temporada.
Pero, ¿quién se atreve a poner dinero en un deporte que apenas da retorno? Ya de por si la situación del país es lo suficientemente complicada para la generosidad de las maltrechas economías de las empresas, pero si además añadimos que el retorno de esta inversión es casi nulo, pues el poco dinero que hay disponible migra hacia horizontes más seguros, ya sabéis, el futbol.
Desde luego, "atracar" al sponsor de turno cada vez es mas difícil...
¿No os parece?