Este título que suena tan rimbombante hace alusión a esta eterna discusión entre formar o ganar. Y viene al caso porque este fin de semana tengo con mis juveniles uno de esos partidos cruciales de la temporada de los llamados partidos del siglo y del que suele haber unos cuantos al cabo de la temporada.
El partido se las trae, si gano me pongo líder, lo cual implica que jugare también el torneo de navidad, un aliciente suficientemente goloso para cualquier entrenador al que le guste su oficio. El rival, que es un filial de un equipo de primera división, si pierde puede descolgarse de la clasificación y le resultara complicado volver a engancharse, vamos que se le escapara la liga.
Ambos tenemos unas plantillas relativamente grandes para juveniles con 12 jugadores cada uno. El dilema es, ¿sacamos a todos los jugadores primando la labor formativa a la meramente pragmática para ganar y conseguir objetivos? , o por el contrario ¿buscamos el resultado y jugamos con siete jugadores, que se juega muy bien para ganar?
Yo sé lo que voy a hacer y creo que mi rival también, ambos entrenadores somos formadores y entrenadores de tercer nivel. Ambos nos esforzamos entre semana para conseguir avanzar en el aprendizaje de nuestros jugadores.
Los dos saldremos a ganar, y lo haremos con todas las armas que disponemos. Seguro que nos estudiaremos, nos miraremos, buscaremos errores en su táctica, estaremos pendientes del cambio de jugadores del rival y sobre todo gritaremos infinidad de consignas para colocar y recolocar a nuestros jugadores.
Pero lo que no me cabe duda es que saldrán todos a jugar, los míos y los suyos, al menos eso creo, a ver si al final juega la baza de jugar para ganar sea como sea, pero desde luego eso no le garantiza la victoria y si al final la consigue, también conseguirá un equipo descontento y un ambiente quizás inadecuado y si pierde todavía tendrá que sumarle a todo esto la frustración suya de los chavales y de los padres de los chavales.
Por otro lado , y seguro que en esto estáis conmigo , La juvenil ya es una edad talludita en la que la competencia y la presión debe formar parte también de su aprendizaje , el quid de la cuestión es saber en qué porcentaje hacemos cada cosa. Mi regla es sencilla SENTIDO COMUN
¿Y la vuestra?