La propiocepción se define como “sentido de posición”, algo que nosotros traducimos como sentido que informa al organismo sobre la posición de los músculos, así como el grado de tensión de los mismos, las articulaciones y los ligamentos, además de la posición relativa de diversas partes del cuerpo con respecto a otras.
Describiendo brevemente el sistema propioceptivo, en base a la definición dada, este posee unos receptores nerviosos (propioceptores) en aquellas partes de nuestro organismo sobre las que nos va a informar, estos receptores envían información a la médula y al cerebro, donde se procesa esta información y se emite una respuesta que es enviada a los músculos para que realicen los ajustes necesarios relativos a la tensión y elongación muscular a fin de ajustar el movimiento.
“Entonces Alex… Desde que yo decido hacer golpear el balón hasta que mi cerebro devuelve la orden al músculo, ya casi tengo que pensar en volver a defender porque me la han quitado ¿no?”
¡ERROR! – Todo este proceso es un proceso subconsciente que nuestro organismo realiza de manera refleja, en nanomilésimas de segundo a fin de protegernos.
Finalizando con la descripción del sistema propioceptivo, decir que el nombre de los receptores nerviosos que se encuentran en nuestro organismo son los “husos musculares” (en los músculos), los “órganos tendinosos de Golgi” (en los tendones) y los “receptores de la cápsula articular y los ligamentos articulares” (en las articulaciones y ligamentos).
PREVENCIÓN Y READAPTACIÓN
En el proceso de readaptación tras una lesión resulta importante el trabajo propioceptivo. Supongamos que existe un esguince de tobillo y se rompe un ligamento, no solo se rompe el ligamento sino que también se rompe la conexión entre nuestro cerebro y el receptor nervioso que este posee. De manera que si en la readaptación, nos olvidamos de trabajar de nuevo esa conexión ligamento-cerebro, en futuras acciones, el cerebro no emitirá esa respuesta autómatica de protección de la que antes hablábamos.
En el trabajo preventivo debemos de trabajar en situaciones inestables, complejas y controladas, a fin de estimular nuestras articulaciones y trabajar la toma de consciencia, sensibilización y potenciación de las mismas.
El trabajo propioceptivo resulta sencillo y cómodo de trabajar en cualquier lugar, pues no requiere de material excesivamente específico y se incluyen ejercicios en desequilibrio, con plataformas inestables (Pelota suiza, Bosu, Togu, tabla de Bohler, pelotas…) y con ojos cerrados entre otros.
Aprovecho para lanzaros una pregunta:
Cómo jugadores o miembros del cuerpo técnico que sois, ¿Dedicáis tiempo de entrenamiento a prevenir lesiones?
Os dejo un enlace muy completo sobre una amplia variedad de ejercicios de propiocepción:
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