Juan Carlos Balaguer

Te formaste como portero en la cantera del Valencia ¿Recuerdas cómo fueron tus primeros pasos desde que empezaste a jugar al fútbol hasta que entras en las categorías inferiores de un club profesional?
Como la mayoría de los niños comencé a jugar en el colegio. En la clase de mi hermano estaba el capitán del Valencia juvenil y tras sus informes al entrenador del  infantil comienzo a entrenar con ellos.
Cuando llego al Juvenil deciden prescindir de mí y ficho por el Don Bosco, donde juego dos años. Pero los informes de Manolo Mestre (técnico del Valencia) propician que fiche por el Valencia B donde juego  seis temporadas.
Durante las dos últimas, entreno con el primer equipo y juego con el filial, consiguiendo el reconocimiento al Mejor Jugador.

Tras recorrer todas las categorías inferiores del Valencia buscas oportunidades en  Albacete. ¿Cómo surgió esa posibilidad?
El entonces técnico del Valencia era Víctor Espárrago no quería contar con un tercer portero en la primera plantilla. Yo tenía una oferta del Albacete, equipo que se estrenaba en la categoría de plata del fútbol español, decido hacer las maletas y cambiar de aires, esperando una oportunidad.

En tus primeros años en Albacete coincidiste con un portero único, el Costarricense Gabelo Conejo. ¿Qué recuerdas de él?
Era el portero de la selección de su país y debido a su costumbre de rezar debajo de los palos antes del partido se hizo popular. Como portero destacar su juego aéreo y su potencia en el saque con la mano, como persona destacar su humildad y sencillez.

Tras la marcha de Conejo asumes la titularidad en Albacete, ni más ni menos que la portería del famoso Queso Mecánico, uno de los equipos que mejor jugaba al fútbol junto con el Súperdepor en los inicios de los 90, una época donde los modestos le plantabais cara a los grandes. ¿Qué recuerdos tienes de esa época?
Para mí la considero la época más importante de mi carrera como jugador, porque llegar a jugar en primera división es el sueño al que aspiramos todos desde pequeños.
El ascenso al primer año de mi llegada fue un premio que  no esperaba y supuso disfrutar de jugar con los grandes durante cinco temporadas, durante las cuales hice grandes amigos dentro y fuera del vestuario.
Que la gente te pare por la calle para agradecer tu aportación en  aquel maravilloso sueño de toda una ciudad no se paga con nada.

Y después apareció Molina. Un portero que por su forma de jugar revolucionó el concepto de portero. ¿Ya se veía que iba a ser un portero distinto?
Conocí a Molina en el filial del Valencia y ya se intuía que era un portero de características distintas a las habituales en los porteros de esa época.

Actualmente eres entrenador de porteros profesionales,  has entrenado entre otros al Albacete y  Castellón. ¿Cómo era el entrenamiento del portero a principios de los 90 y qué evolución has ido viendo hasta llegar al momento actual?
El cambio esencial es  la aparición del entrenador específico de porteros. En los 90 el que te preparaba era normalmente el segundo entrenador y gracias a Dios hace ya unos cuantos años que la figura de los preparadores de porteros va ocupando el lugar que se merece aunque queda mucho camino por recorrer.

¿En qué club tuviste por primera vez la figura específica del entrenador de porteros?
Por desgracia nunca he tenido un preparador específico de porteros.

Para los más jóvenes que no han vivido eso, ya sin irnos a categorías profesionales... ¿Cómo era el entrenamiento de un portero en tu época formativa infantil, cadete, juvenil...?
Éramos autodidactas, siempre nos entrenábamos unos a otros.

Has compartido portería con mitos como Molina o Conejo y te has enfrentado a algunos de los mejores porteros españoles de todos los tiempo: Zubizarreta, Buyo, Ablanedo, Liaño etc. ¿Cuál es el portero de los que se han cruzado en tu carrera que más te ha sorprendido?
No elegiría a ninguno en concreto sino me quedaría con las mejores cualidades de cada uno de ellos.

Ahora como entrenador ¿qué condición consideras más determinante (porque importante son todas) y haces especial hincapié en potenciar en un portero?
Hoy en día lo más importante es el dominio del juego con los pies y sobre todo lo más complicado, el juego aéreo.

¿De los porteros actuales tienes alguna preferencia?
No tengo ninguna preferencia, considero que cada portero posee unas cualidades en las que destaca y creo que entre los mejores guardametas del mundo por fortuna la representación española es la más numerosa.

Pasemos a hablar sobre guantes... ¡Nuestro tema favorito! ¿Qué marca usabas cuando jugabas?
Uhlsport era mi marca preferida y a la que siempre fui fiel.

Supongo que la evolución de los guantes de tu época a la actual ha sido brutal ¿en qué se perciben esos cambios?
Ahora la variedad es brutal, el diseño, los materiales y las características que personalizan las marcas facilitan la elección de los guantes para las diversas condiciones del terreno de juego.

¿Es cierta esa creencia de que los balones de hace unos años, de cuero natural, hacían menos extraños y tenían mejor tacto para el blocaje que los actuales balones sintéticos y con la capa de barniz brillante exterior?
Sí, los materiales sintéticos son mucho menos adherentes que el cuero.

¿Te dio tiempo a probar los guantes con protecciones? En caso afirmativo ¿qué opinión te merecen?
Sí, pero a mí particularmente no me resultaban cómodos.

Cuando estrenabas guantes... ¿Lo hacías directamente en los partidos o preferías domarlos un poco entrenando antes de competir con ellos?
Prefería estrenarlos en las sesiones de entrenamiento anteriores al partido.

¿Cada cuántos partidos, más o menos, cambiabas de guantes?
Cada cuatro o cinco partidos.

¿Qué talla usas?
La 10.

La ropa también ha cambiado. No existía la manga corta, ni la ropa térmica, de hecho en ocasiones los porteros ni siquiera vestíais para jugar la misma marca del club, sino la que os proporcionaba vuestra marca deportiva ¿verdad?
Sí, hasta que llegó la prohibición de jugar con marca distinta a la del resto del equipo, los porteros normalmente llevábamos nuestra propia marca.

Y de los colores estridentes que ahora llevan casi el 100% de los porteros tampoco hablamos…
Siempre que he podido he optado por colores discretos: verde oscuro, azules, grises o negro.

¿Utilizabas algunas protecciones para entrenar o jugar además de las almohadillas que traían los pantalones y las camisetas?
No, nunca.

Las botas eran otro mundo también, todas de piel y de color negro ¿verdad? Sí ¿Con qué marca solías jugar?
Siempre utilicé las Puma KING.

¿Siempre jugar con tacos de aluminio y para entrenar con tacos goma?
No, yo siempre jugué y entrené con aluminio.

No es raro ver a los jugadores cambiar de botas cada uno o dos meses por exigencia de la marca deportiva,  pero todos sabemos que una bota es más cómoda cuantos más usos tenga… ¿Cuánto tiempo podías usar la misma bota?
Yo las usaba hasta que acababan reventadas.

¿Le dabas algún tipo de cuidado a los guantes y las botas o se las dejabas al utillero?
De las botas se ocupaban los utilleros, los guantes me  los lavaba yo personalmente.

Ahora has podido vivir desde dentro un campus de SOLOPORTEROS ya que has venido de monitor al campus de La Nucía 2011. ¿Qué te ha parecido la experiencia y el tipo de entrenamiento que se llevan los chicos?
Como experiencia inolvidable, los chavales siempre aportan frescura y diversión y con  los compañeros monitores (unos cracks) he compartido grandes momentos y se han añadido a mi lista de buenos amigos. La programación de los entrenamientos creo que ha sido la ideal para un buen aprendizaje y tanto los chicos como nosotros lo hemos pasado en grande.

¿Cómo conociste SOLOPORTEROS?
A través de Javier Sánchez Broto.