La ficha
Nombre: Julen Guerrero López.
Especie: Rey león.
Marca de la casa: Llegadas desde segunda línea.
Pintas: El yerno perfecto.
Letal: Desde que pisaba la media luna.
Le rinden pleitesía: Su nombre y el del Athletic, sinónimos.
Riesgo de extinción: Medio
¿Cómo era?
Desde que entró en Lezama, con apenas 7 años, hasta que debutó con el primer equipo de San Mamés, con la mayoría de edad recién cumplida, Julen estaba considerado un jugador distinto. La perla, sobrenombre que los aficionados dieron a Guerrero, fue el líder de la hornada juvenil del Athletic que se proclamó campeón nacional de Liga y Copa en 1992. Con unas cualidades técnicas más que notables, una gran visión de juego y una capacidad innata para finalizar jugadas irrumpiendo desde atrás, su nombre pronto sonó con fuerza para el primer equipo de los leones. Tal fue así que, apenas unos meses después, en el inicio de la temporada 92-93, el técnico alemán Jupp Heynckes se decidió a darle la alternativa entre los grandes. ¡Y Julen respondió! Guerrero acabaría su primer año en la élite con 37 partidos jugados en los que anotó nada menos que 10 goles. La catedral se frotaba los ojos. Había nacido una estrella.
¿De qué jugaba?
Guerrero era un mediapunta con mucha llegada y vocación goleadora (en su segunda temporada alcanzó las 18 dianas), pero también participaba activamente en las labores de creación del medio campo. Sin ser un virguero, tenía una buena cintura que le hacía habilidoso en el regate. Tampoco era un correcaminos, pero poseía una potente y elegante arrancada. Buen asistente, era capaz de encontrar el pase bueno con aparente facilidad. En cuanto al golpeo de balón, Julen casi podría entrar en la categoría de ambidiestro.
Como ya hemos mencionado anteriormente, las incorporaciones de Guerrero a posiciones de remate eran lo que hacían de él una pieza desequilibrante en el esquema del Athletic. Consumado especialista en el disparo de media distancia, también era un excelente cabeceador y un jugador brillante a balón parado. Además, su fútbol no estaba exento de garra, cualidad que siempre supo ver y reconocer la afición de San Mamés.
¿Por qué me acuerdo de él?
Como seguidor del Athletic, Julen es mi futbolista favorito de siempre. Su irrupción en la Liga sacudió el fútbol español y fue, durante buena parte de la década de los 90, uno sus máximos exponentes (algo muy difícil de conseguir sin militar en el Real Madrid o Barcelona).
Ídolo precoz, en Bilbao se le consideraba un símbolo de modernidad en un club que, por exigencias del guión, parecía encaminado a vivir de tiempos pasados. Guerrero renovó la fe de los parroquianos de San Mamés y, con él en el campo, volvieron las clasificaciones europeas. También el recordado subcampeonato liguero de 1998 que valió el pasaporte para la Champions League.
Los grandes clubes de Europa mostraron interés en su fichaje. Por encima de todos, el A. C. Milan, que estaba dispuesto a llegar a las cifras que marcase el propio jugador. Para entonces ya se había desatado lo que se denominó como ‘julenmanía’. Las jovencitas forraban sus carpetas con fotos de Guerrero y los tumultos eran habituales en los hoteles donde el Athletic se hospedaba en los partidos fuera de casa. Todos querían una foto, un autógrafo o, simplemente, estrechar la mano al ya capitán del conjunto vasco. Ante el riesgo de perder a su estrella, José María Arrate, presidente del Athletic, ofreció al jugador un contrato casi vitalicio con el que Julen rubricó su fidelidad al club de sus amores. Nadie podía presagiar entonces que el futuro de Guerrero guardaba un giro inesperado.
A partir de la temporada 99-00, con Luis Fernandez en el banquillo, el hasta entonces indiscutible timón del Athletic comienza a caerse de la alineación. La situación se mantendría durante varias temporadas en las que la afición contemplaría con incredulidad como, ni con Txetxu Rojo, ni con la vuelta de Heynckes, la perla recobraría el brillo de antaño. El declive llegaría a partir de la 03-04, con Guerrero relegado a la grada durante buena parte del campeonato y participando en un único encuentro como titular.
Pese a todo, Julen nunca perdió el respeto y la admiración de San Mamés, que le aclamaba cada vez que salía a calentar a la vez que se disparaban los rumores sobre el porqué de su falta de minutos. Mucho se ha hablado y escrito de ello. Para el que no lo sepa, y quiera saber más, basta con hacer un ‘googleado’ rápido. Sea como fuere, el aliento de su campo le acompañó hasta el último partido que disputó, en el 2006.
A propósito de esta segunda etapa, muchos se han quedado con ella en la memoria y ven en Guerrero, erróneamente, a una gran promesa que pudo ser y termino por no ser. Esto no es así y basta con repasar sus números. Para que un centrocampista termine su carrera con 101 goles en Liga hace falta jugar muchas temporadas a un excelente nivel. Julen empezó muy joven y tuvo 7 temporadas excelentes, 3 intermitentes y otras 4 complicadas para retirarse con 384 partidos a sus espaldas. A esto aún debe sumarse sus participaciones europeas y partidos de Copa.
Con la selección española disputó los mundiales de 1994 y 1998, así como la Eurocopa’96. En total, tuvo 41 apariciones en el combinado nacional, que selló con 13 goles. Su último encuentro como internacional fue en el 2000, con Camacho como seleccionador, durante la clasificación para el Mundial de Corea y Japón.
Un momento mágico:
De su primera época, los 4 goles que anotó en San Mamés ante el Sporting de Gijón durante la temporada 93-94. De los años oscuros, ningún aficionado del Athletic olvidará el gol que marcó a Osasuna en la 04-05 y que supuso culminar una espectacular remontada en la catedral. Los locales, que perdían por 0-3, acabaron imponiéndose por 4-3. Fue el último rugido del Rey león.
El Guerrero de hoy:
Para encontrar un jugador parecido al Julen que deslumbró en sus primeros años habría que salir de España, donde los mediapuntas actuales se amoldan más al rol de pasador que de llegador. Dicho esto, los movimientos de Frank Lampard siempre me han recordado a los del 8 del Athletic. Además, ambos coinciden en poseer un disparo temible y en ir muy bien de cabeza.
Otro futbolista que tiene características similares a Guerrero es Thomas Müller. El alemán no es el más rápido, ni el más hábil, ni el más técnico… pero siempre aparece de la nada para terminar las jugadas.
Para terminar, rescatamos un resumen con los mejores momentos de Julen durante la temporada 93-94, quizás la más brillante de su carrera y la que le catapultó al estrellato.