LA FICHA
Nombre: Gianfranco Zola.
Especie: Mago.
Marca de la casa: Rosquita y a la jaula.
Pintas: Enano de sonrisa perpétua.
Letal: Si le das un metro para darse la vuelta.
Le rinden pleitesía: El Chelsea y su amado Cagliari.
Riesgo de extinción: Muy alto.
¿Cómo era?
Un retaquito de sonrisa pícara. El italiano tenía las piernas musculosas y un centro de gravedad bajo. Características que, unidas a su velocidad y precisos regates, le hacían casi imparable en carrera.
¿De qué jugaba?
Menos de delantero centro, se manejaba en cualquier posición ofensiva. Podía jugar por detrás del ariete, caer a bandas o bajar a recibir balones y hacer de enganche entre el mediocampo y la delantera.
¿Por qué me acuerdo de él?
Por ser uno de los jugadores más talentosos y espectaculares de la década de los 90. Discípulo de Maradona en el Nápoles, Zola se consagró en el Parma que levantó la Copa de la UEFA de 1995 tras derrotar en la final a la Juventus.
Después, hizo las maletas rumbo a la Premier, donde alcanzó su cenit como futbolista en las filas del Chelsea. Magic Box, apodo con el que se le conoce en Stamford Bridge, se destapó como un futbolista aún más vertical de lo que mostró en el Calcio. Su conducción de balón y su improvisación para sortear a los defensores le convertían en un futbolista tan vistoso como talentoso. Eléctrico y técnico a partes iguales, y en dosis muy altas. Por si esto fuera poco, Gianfranco era un consumado especialista en los lanzamientos de falta. Concretamente, en los de corta y media distancia. Rosquita y a la jaula.
No era un goleador puro, pero sí era capaz de anotar desde cualquier posición. Bien en jugada individual, como a través de disparos lejanos (aunque era diestro, sacaba la zurda a pasear si era necesario). Tiraba excelentes desmarques y sentía una especial predilección por las vaselinas. Esa sensación también la tenían sus rivales, por lo que era habitual verle sometido a marcajes férreos. Algo que, por otra parte, beneficiaba a sus compañeros en la delantera: Gianluca Vialli, Dennis Wise, Mark Hughes, Tore André Flo, Gustavo Poyet…
Otra cualidad muy importante de Zola es que manejaba su menudo cuerpo a la perfección. A pesar de su envergadura, no rehuía el contacto y era capaz de ganar la posición a defensas muy superiores físicamente. Quizás esta sea una de las claves que propiciaron sus éxitos en un fútbol como el británico (sobre todo el de aquellos años).
Curiosamente, el astro italiano no llegó a brillar con la misma fuerza con su selección. Dicho sea de paso, el juego de los transalpinos no era el más adecuado para su fútbol. Fue convocado para el Mundial de Estados Unidos 94’ y la Eurocopa de Inglaterra 96’. En total, Magic Box jugó 35 partidos con la ‘azurra’, en los que marcó 10 goles.
Un momento mágico:
Hablábamos antes de la capacidad de improvisación de Zola. El mejor ejemplo es el gol que metió contra el Norwich City en el año 2002. Saque de esquina que bota Graeme Le Saux al primer palo. Gianfranco entra como una centella y se inventa un remate imposible de tacón que se cuela por el palo corto. Im-pre-sio-nan-te.
El Zola de hoy:
Por sus características, Messi sería la versión mejorada (y zurda) de Gianfranco. Y digo mejorada por la insaciable capacidad goleadora del argentino. Sin embargo, Zola tenía un repertorio de regates y movimientos más variados que el del jugador del Barcelona. Tampoco las funciones de ambos en sus equipos coinciden. Así que la comparación no es exacta.
Iker Muniain es otro con el que le veo similitudes. Sobre todo, en el regate en carrera y a la hora de meter el cuerpo. Pero el navarro no tiene ese punto de pausa que sí tenía el italiano. Ni tampoco su disparo.
Para terminar os dejo un video con los 20 mejores goles de este “Mago”.